Lith, segundo intento
by Domingo A. Siliceo
Hola de nuevo. ¿Qué tal estáis?
He vuelto otra vez al mini-lab con la idea de positivar mediante el método de lith print y quiero compartir con vosotros el resultado de la sesión. Y digo «el resultado», en singular, porque de una sesión de revelado solamente obtengo una copia final (estoy casi convencido que en esto no soy un bicho raro y que todos andamos más o menos con los mismos tiempos y número de resultados). La razón de obtener esta única copia final no es otra que la corta vida de los reveladores de tipo lith; en esta sesión en concreto, el revelador utilizado, Kodak D-9 preparado por mí mismo, tuvo una vida útil de entre dos horas y media y tres horas. Así que, ya véis, hay que andar ligero porque si no, entre pruebas, dudas y mediciones, el revelador se echa a perder. Literalmente.
Hay una evolución en mi método de trabajo respecto la primera copia lith que obtuve. A nivel de laboratorio, ahora utilizo el fijador viejo de alguna antigua sesión como baño de paro y fijador recién preparado como fijador propiamente dicho (en la anterior sesión comprobé como el agua sola, que en otras prácticas de laboratorio es suficientemente eficaz, no era apta para detener con la contundencia necesaria la acción del revelador y éste seguía actuando más allá de la etapa de revelado). Ahora tengo una bandeja prepararada con el fijador viejo que os he comentado para actuar lo más rápidamente posible y detener completamente la acción del revelador en el instante preciso que yo decido. También me he centrado en un solo papel (el Fomatone MG 532, del que tenéis un enlace un poco más abajo en la ficha de la fotografía) con lo que puedo predecir mejor la evolucion de la imagen desde que el papel está aún mojado hasta que se seca y, en base a este conocer más el papel, acortar el tiempo que necesito para decidir la mejor exposición ojeando las tiras de prueba. Recordad que, mientras, el revelador se está echando a perder.
Referido al revelador Kodak D-9, tengo el esquema para preparar otra entrada que, si todo va bien, publicaré más adelante cuando conozca mejor el revelador y los resultados con él sean homogéneos.
Como imagen, a mí esta fotografía me gusta mucho… y eso que estaba sepultada en una serie proveniente de un carrete que expuse hace ahora tres años, cuando empezaba con la fotografía química, y al que nunca le he hecho mucho caso (nota mental: cuando empezaba con la fotografía química iba con una Nikon FM10 y una pareja de objetivos —Ai-s 2/24 mm. y Ai-s 2/85 mm.— y tenía el dedo mucho más ligero para accionar el disparador; también de aquella época tengo unos primeros carretes más frescos que lo que hago ahora). Creo que un procesado tan radical como el lith pega mucho en un bancal de almendros, donde no hay más que terruños, malas hierbas y árboles de negra corteza; una casa en ruinas termina de definir el contexto adecuado.
El color de la copia en papel se parece bastante al que veo en mi monitor sin calibrar. Espero os guste.
título | — | «Almendro» |
película | — | Rollei Retro 80 |
formato | — | 135 |
objetivo | — | Nikkor Ai-s 2/24mm. |
diafragma | — | f/5.6 |
tiempo exposición | — | 1/125 seg. |
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revelador película | — | Kodak HC-110 (dil. 1+63) |
tiempo de revelado | — | 11 min a 25° |
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papel | — | Fomatone MG 532 |
revelador papel | — | Kodak D-9 |
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situación geográfica | — | 38.11808,-0.99269 |
Gracias por leer.